Los datos avanzan una cosecha corta, se estima una caída de la producción de uva en Europa superior al 14% con respecto al último año. Esta coyuntura de relativa escasez, se ha traducido en un aumento generalizado de los precios de abastecimiento en origen que se verá reflejado en el precio final del producto. Desde la Federación Española del Vino se hace un llamamiento a evitar sobresaltos bruscos que puedan poner en peligro la rentabilidad del negocio.

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