En agricultura se han venido produciendo una serie de transformaciones importantes, pasando de una agricultura 1.0, que integraba la mecanización y las máquinas de vapor, una agricultura 2.0, marcada por la electricidad, una agricultura 3.0, caracterizada por la robótica y la automatización, al 4.0, que es la agricultura de precisión.
La empresa Encore Lab y su sistema de monitorización de cultivos Cesens®, lleva tiempo trabajando hacia una “agricultura de precisión colaborativa”, que aúna esa precisión con el intercambio de información. Además de proporcionar estaciones agroclimáticas, han desarrollado un software que aprovecha e intercambia datos de diferentes estaciones agroclimáticas con el fin de proporcionar una información más global y continua, así como trabajar con exactitud en modelos de predicción. La disponibilidad en tiempo real de los datos climatológicos junto a datos de fenología, plagas o enfermedades ha conducido, mediante el Big Data, a la creación de modelos predictivos a nivel de microparcela, dando al usuario información más útil para la toma de decisiones.
La complejidad de la toma de decisiones en el viñedo hace que se haga imprescindible el uso de estas herramientas, en un sector en el que se trabaja con innumerables variables.
La posibilidad de trabajar con datos del cultivo y modelos predictivos presenta los siguientes beneficios:
1 Mayor eficiencia de la producción, es decir, consecución de igual o mejores resultados con menores recursos.
2 Mejora significativa de la calidad.
3 Manejo más razonable y sostenible, sobre todo de recursos como el agua o los fitosanitarios.
4 Menor impacto medioambiental.
5 Trazabilidad, ya que nos permite registrar un histórico de incidencias en nuestra parcela.
6 Programación del trabajo más previsora y eficiente.
La concienciación existente en cuanto al cambio climático, unida a políticas de sostenibilidad y de optimización de recursos, conduce a todos los actores del sector agrícola a trabajar y colaborar en esta misma dirección.
Un ejemplo de esta forma de trabajo, son Bodegas Vivanco, ubicadas en La Rioja, y que ya disponen a día de hoy de un sistema de monitorización de cultivos basado en estaciones agroclimáticas repartidas por cada una de las zonas de producción. Aritz Espinosa, como responsable de viticultura de la bodega, nos cuenta su experiencia.
Lleváis muchos años trabajando con estaciones climáticas. ¿De qué parámetros empezasteis a hacer seguimiento y cuáles usáis ahora?
Al principio nos preocupaba principalmente la información de la humedad de suelo relacionada con la dendrometría para cálculo de las necesidades hídricas. El seguimiento de climatología se hacía por tener una base de datos de cara a nuestro propio microclima y control en momentos muy puntuales para decisión de tratamientos.
Pero hoy día, además de lo ya comentado, profundizamos en hacer seguimiento de los modelos predictivos de enfermedades en cada parcela. ¿Qué es la agricultura de precisión colaborativa para ti?
Nosotros participamos en proyectos de I+D junto a varias bodegas, además de la UR y empresas tecnológicas. El proyecto consiste en el “Desarrollo de una herramienta software capaz de predecir la aparición de mildiu a nivel de parcela, en base a un modelo de predicción específicamente desarrollado para la DOCa Rioja”. Pensamos que puede ser un proyecto muy útil y del que se podría beneficiar toda la Denominación.
Bodegas Vivanco también participa en la plataforma donde se comparten datos climatológicos de toda la D.O.Ca. Rioja, promovido por Grupo Rioja. Tanto plagas como enfermedades siempre se desarrollan desde la parte más oriental de la Denominación hacia la más occidental, debido a las diferencias climatológicas de cada zona, por lo que un control de datos de ambas es de gran utilidad. El mejor ejemplo lo tuvimos con la araña amarilla, una plaga del viñedo que observamos que iba avanzando cada año 20 km aguas arriba del Ebro. Esa información, procedente de la colaboración de numerosas parcelas, y a lo largo de varios años, ha permitido cerciorarse de la dinámica que está experimentando la plaga.
Dentro de los datos que te ofrecen las estaciones ¿a cuáles les das más importancia? Y ¿cómo trabajas con ellos y como los relacionas?
Al de humedad, dado que correlaciona mucho con la probable aparición de un hongo, y con ello nos condiciona los tratamientos fitosanitarios.
Pese a que los tratamientos siempre se hagan en preventivo, poder hacer seguimiento de datos y relacionarlos me puede dar pautas para adelantar o retrasar un tratamiento, como por ejemplo que llegue el fin de semana y tengamos que tratar porque como lo dejemos para el lunes quizá sea muy tarde dado que ves que llevamos muchos días de humedad, temperaturas elevadas…
Se pasan muchas horas en el viñedo, pero nunca podemos controlar lo que pasa las 24 horas del día. De ahí el sentido de estas estaciones que miden en continuo…
¿En tu día a día el tener acceso a estas herramientas te ha supuesto un apoyo o mejora en tu trabajo?
Sí, principalmente en lo que comentábamos antes sobre los modelos predictivos de cara a poder afinarlos. En Mildiu las condiciones de desarrollo del mismo en Rioja están más claras, pero en Oidio no se ve cuando va a aparecer. El Oidio es una enfermedad endémica, con lo cual el tratamiento en preventivo siempre va a ser necesario, pero aquí el éxito reside en realizar 5 tratamientos en lugar de 8, habiendo sido más eficientes.
Aparte del seguimiento que hacéis mediante las estaciones, ¿trabajas con teledetección?
Sí, tanto trabajar con la precisión que te ofrecen los drones, como la que te ofrece el satélite, que cada vez son más exactos, considero que es una ayuda fundamental, ya que son herramientas muy visuales, tanto para seleccionar de cara a la vendimia, a tratamientos, labores… pudiendo zonificar y hacer rodales dentro de cada una de nuestras parcelas. No solo puntualmente, sino todo el año. Si además unimos esa información visual con una explicación numérica de lo que haya podido suceder a nivel climatológico o de suelo, entenderemos mucho mejor lo que está pasando en nuestro viñedo y tomaremos mejores decisiones.
Veamos ahora algunos usos prácticos de todo lo expuesto anteriormente:
Control de riego
El seguimiento de los valores mostrado por los sensores de humedad de suelo nos puede dar pautas de manejo del riego en nuestro viñedo.
En el caso de utilizar sensores de contenido volumétrico, Cesens calcula la capacidad de campo y el punto de marchitez en relación a la estructura de suelo. Realizando el cálculo de contenido de agua útil del mismo, tanto en porcentaje como en mm, ofrece la posibilidad de crear una alerta, cuando el contenido de agua útil está por debajo del umbral elegido, incluyendo la toma de decisiones respecto a hacer un aclareo más o menos agresivo, o labrar en momentos donde la humedad puede ser clave para el desarrollo de cualquier enfermedad.
Control de enfermedades
Además de realizar seguimiento de los modelos predictivos de plagas y enfermedades en la App Cesens, relacionar parámetros como humedad, precipitaciones, contenido de agua útil en el suelo, temperatura… de nuestra propia finca, nos indicará las condiciones en que el desarrollo de dichas incidencias pueden verse favorecidas. Esta información nos ayuda a tomar decisiones respecto a tratamientos, y adelantarlos o retrasarlos en función de las predicciones.
Gestión de alertas
En estos últimos años el daño por heladas se está volviendo común en gran parte de la geografía española. Haciendo seguimiento de las temperaturas y humedades de nuestro cultivo con Cesens, y creando alertas que nos tengan en cuenta una o ambas métricas, podremos activar nuestro sistema anti heladas, ya que nos llegará un mensaje a nuestro móvil, además de recibir un correo con la información actual y la previsión de heladas.
Gestión del cultivo en relación a las variables climáticas
Cesens puede ser también una herramienta útil para el seguimiento de la fenología de nuestro cultivo pudiendo hacer comparativas entre años y fincas de distintos municipios. Esta información nos ayudará a la hora de gestionar el trabajo dentro de bodega, estimando la época de realización de las diferentes labores a realizar en el campo.
Monitorizar fincas
Poder monitorizar una finca y relacionar los datos ofrecidos por teledetección con la sensórica, además de los datos del histórico de fenología o incidencias de plagas y enfermedades que podemos almacenar en Cesens, hace que las grandes Bodegas del sector trabajen con estas herramientas en su día a día. El sector de la Agricultura 5.0 ha evolucionado de una manera considerable en los últimos 15 años, haciendo que los costes e inversiones a realizar por los técnicos y agricultores haya disminuido considerablemente. Tener una estación agroclimática completa ha pasado de tener un coste de unos 10.000 € hace unos años, a un coste de 1500 € en la actualidad, siendo mucho más asequible para todos los usuarios.