La semana pasada terminamos las instalaciones piloto del proyecto ERICA, en el que estamos encantados de colaborar junto con las empresas Montefrula S.L., La Peña 99 S.L. y la Universidad de La Rioja.

Durante los próximos dos años, estaremos trabajando mano a mano para desarrollar y validar una metodología a escala comercial que permita obtener un índice de estrés hídrico en tiempo real. La nueva herramienta estará basada en un balance de energía a nivel foliar, específicamente ajustado para los cultivos de almendra de la provincia de Huesca.

Así, se busca optimizar las estrategias de riego a partir de criterios objetivos que permitan adaptarnos a los nuevos desafíos que afronta el sector agrícola. Y es que, ante la situación actual de inclemencias climáticas crecientes, escasez hídrica, y escasos márgenes económicos, resulta más necesario que nunca maximizar la eficiencia en el uso del agua, y para ello la implementación de nuevas tecnologías, tanto a nivel de sensórica como de procesamiento de datos, se vuelve imprescindible como soporte para una toma de decisiones racional.

A continuación, os dejamos algunas fotografías del proceso de instalación de los elementos de medición en los que se basará la herramienta: se trata de unos sensores IRT capaces de registrar la Tª real del cultivo a partir de la energía irradiada. Ajustando la altura sobre el dosél y el ángulo de inclinación de las cámaras, hemos logrado obtener un foco de visión con vegetación continua (precisión) y de al menos dos árboles completos (representatividad) en cada punto de medición. Ya estamos registrando las primeras lecturas, y aunque parecen coherentes, tenemos pendiente implementar en el software una corrección de las mismas que tenga en cuenta la emisividad y la radiación de fondo reflejada para garantizar su fiabilidad.

Junto con estos sensores de medida directa, se han instalado otros elementos auxiliares para monitorizar el ambiente edafo-climático, tales como sondas volumétricas de humedad de suelo, estaciones climáticas y caudalímetros. Esto permitirá llevar un control preciso de los tres tratamientos de riego (con distintos niveles de déficit hídrico) que se han planteado como ensayo, así como de los dos casos extremos (árboles sin agua/árboles sin restricción hídrica) que se utilizarán para obtener líneas base de forma precisa. El ensayo cuenta con dos repeticiones en dos parcelas diferentes ubicadas a unos 30 km de distancia, ambas con setos continuos de variedad “Penta”.