Viveros Villanueva

Viveros Villanueva

El origen de nuestro vivero se remonta al inicio de la multiplicación de vides americanas en España tras el ataque de la filoxera: finales del siglo XIX y principios del XX. Esta actividad, que hasta entonces había sido una faceta más en la labor de cada viticultor, necesitó con el paso de los años de mayor dedicación y profesionalidad. Los viñedos se vieron azotados por una plaga implacable y como ocurre siempre, la crisis fue también una oportunidad. El trabajo de viverista de vid, como casi todos en la agricultura, era entonces arduo y laborioso, pero en Larraga apostaron por este nuevo negocio.

Nuestro antepasado Leandro Fernández fue uno de ellos y se mantuvo firme en el empeño hasta que su yerno, Segundo Villanueva, le dio un nuevo empuje y forma de empresa, produciendo, comprando y vendiendo en cantidad los ya casi olvidados barbados de Riparia Gloria o Rupestris de Lot. Viveros Villanueva creció y se consolidó después gracias a la fuerza de la tercera generación, representada por Segundo, Julio, Jesús, Miguel Ángel y José Miguel.

El volumen de negocio aumentó poco a poco, pasando a contar la producción por cientos de miles, que con los medios que había en España en las décadas de los 50, 60 ó 70 era ya meritorio. La investigación en el sector no cesaba y del clásico barbado injertado en campo se pasó en cuestión de nada al injerto en taller de los portainjertos, incorporando también nuevas yemas de vinífera certificadas con pureza varietal y sanitaria garantizada.

 

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Publicado el

12 abril, 2022

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